miércoles, 23 de septiembre de 2009

En Asunción la muerte circula en dos ruedas

La ciudad capitalina se ve abarrotada de motociclistas que constantemente están causando estragos en las rutas a causa de su imprudencia y la falta de educación vial.
Desde que la crisis económica azota al país, todos se ven obligados a buscar la salida más conveniente. He aquí que los biciclos surgieron como un medio de transporte más económico y de mucha utilidad.
Sin embargo, esta opción tiene su contraparte, y es que desde que el 80% de los paraguayos tiene uno de estos, el 60% termina en una colisión con consecuencias traumáticas o, en peores casos fatales.

EL AUGE DE LAS MOTOCICLETAS
Las motos, que de 101.571 unidades ensambladas en el 2006 pasaron a 180.000 unidades en el 2008 aumentaron en forma considerable su producción en un 87,06%. Esto se debe al constante incremento del gasoil que también trae consigo el ascenso del pasaje. Únicamente este año, y en los primeros meses el boleto pasó de 2100 a 2300 G. Éste y el mal servicio que ofrecen los empresarios del transporte son las razones por las cuales muchas personas deciden tener su propio vehículo, que además, surge como una opción más económica a modo de disminuir el gasto mensual destinado a la traslación en colectivos.
“Por la pésima calidad del servicio un montón de personas están optando por comprar una moto para movilizarse”, manifestó Víctor Hugo, usuario del transporte público.
El procedimiento asequible con el que se puede adquirir, hace posible su masiva venta. A pesar de que muchos vendedores aseguran que el año más importante en cuanto a su comercialización fue el 2006, en la actualidad hay quienes aseveran que mensualmente facturan 125 artilugios.
“Todos ya tienen su propia moto, por eso disminuyó la venta”, expresó Ramón Díaz, empleado de Chacomer.
Obtener hoy día un biciclo es mucho más fácil que conseguir un congelador. Comprar una moto se puede hacer en cuotas desde 120.000 guaraníes, la más factible tendría un valor aproximado de 1.500.000, lo que hace posible adjudicarse de una de estas máquinas sin ningún problema.
El auge de las motos a parte de ser un grave problema social es un gran beneficio para el país. Crea puestos de trabajo directos en las ensambladoras, e indirectos en la venta de combustibles, lubricantes, distribuidores, casas de repuestos, mecánicos, etc.
El promedio de biciclos ingresados en los talleres gira al rededor de 12 o 13 por mes, a causa de los acaecimientos de ruta. Pero cabe destacar que estos registros sólo son de aquellos que cuentan con seguros.

ACCIDENTES = IMPRUDENCIA
Los accidentes de tránsito en motos, en el presente, constituyen en Paraguay la cuarta causa de mortalidad. El centro de Emergencias Médicas registra, un promedio de 1,37 decesos por día.
Según datos obtenidos de años anteriores, los percances viales en los que hay motociclistas involucrados, acrecentaron la cantidad en un 200%. 2006 es el año en que los contratiempos de este tipo tuvieron una notable cantidad de heridos y fallecidos. Se produjeron un total de 186 pérdidas de vidas humanas y 1.124 lesionados.
Durante el transcurso de 2007 la cifra lejos de disminuir alcanzó una suma 1.788 lastimados y 362 víctimas exánimes. Y sólo este año, las estadísticas policiales han verificado 335 fallecidos y 1.364 fracturados de enero a agosto. Lo que nos demuestra la incesante ola de negligencia por parte de los conductores.
El caso más grave de este año fue la cuádruple muerte de una madre y sus tres hijas, quienes iban de la escuela con dirección a su domicilio sin ninguna protección. Es notable recalcar que el traslado en biciclo era innecesario, ya que las mismas vivían a sólo cuadras de la institución educativa. Lo alarmante del caso es el crecimiento de estos hechos cuyas derivaciones son fatales en un 60%.
Numerosas son las infracciones cometidas por los ciclistas. Entre ellos el adelantamiento indebido que ocasiona desgracias en diversas situaciones, ya sea cuando un peatón intenta cruzar la calle, o mismo con automóviles que no pueden detener su marcha a la repentina aparición frontal de los biciclos. La circulación en sentido contrario al permi­tido; las condiciones mecánicas precarias; velocidad excesiva, que sucede a menudo los fines de semana, forman también parte de la impertinencia de la población motociclista.
“Ha´e oimo´a oĩ hineteádape (él cree que esta en la jineteada)”, dice un padre de familia al hablar de la forma en que su hijo circula en la moto.
Por otra parte no llevar puesto el casco y el protector de los ojos yacen como las dos primeras causas de amonestación. Mientras que la falta de habilitación del vehículo y la licencia de conducir constituyen el tercer y cuarto motivo de multa a los dueños del biciclo.
En la Ordenanza Municipal se recomienda no llevar niños pequeños y limitar la sobrecarga, que es un factor de riesgo.
Pero la inconciencia, que no solo afecta al conductor sino también al acompañante, persiste.
El grave peligro al que muchos exponen a sus familiares y amigos se refleja cuando el vehículo no es utilizado para lo que fue diseñado. Por ejemplo, las motos fueron fabricadas para máximo dos personas, no obstante viajan cuatro. O cuando ni el conductor ni el acompañante utilizan el casco.No hay estadísticas sobre la cantidad de motos que circulan en la ciudad, pero se estima que son unas 2000, y el 80% de los motociclistas conducen sin protección.
El conducir sin registro es una constante en la sociedad. Muchos de los conductores son menores de edad sin experiencia en las rutas.

Cascos
Las reglas de tránsito señalan que para los motociclistas el uso de casco es obligatorio, tanto para el conductor como para su acompañante.
La imprudencia generalizada en toda la población es una de las principales causas de los percances viales en biciclos. Tres de cada cuatro motoristas no llevan puesto el casco protector exigido para evitar graves golpes, como el traumatismo de cráneo, que es la causa más frecuente de muerte luego del accidente.
A pesar de ello se han formado organizaciones en contra del uso del elemento de seguridad requerido. Las excusas utilizadas por los mismos son varias y van desde la poca visibilidad y la baja audición.
Según un estudio científico los cascos además de aminorar el número de heridas graves en la médula espinal, reducen la sonoridad, pero no afectan la capacidad del motociclista de distinguir entre diferentes ruidos.
Algunas personas fueron consultadas a cerca del porqué no llevan puesto la visera o el anteojo demandado, para evitar lastimar sus ojos con los microscópicos objetos arrojados por las ruedas del vehículo delantero, y las respuestas más comunes fueron: se me robó y no volví a comprar; se rompió, ya no tuve tiempo de ir a cambiar; está sucio, rayado y disminuye la visibilidad.
Otras plantean que la utilización del casco, debería ser opcional y no obligatorio. Argumentan que la Constitución Nacional no lo exige y que equilvadría a fumar. Afirma que cada uno tiene derecho a hacer con su vida lo que quiera... Parece razonable, sin embargo en los accidentes no sólo salen perjudicados los motoqueiros sino también los peatones u otros conductores.
La respuesta más llamativa, no obstante fue, que los cascos hechos en Paraguay son “una trampa mortal, porque no reúnen las condiciones necesarias”, pues al caer, la persona puede resultar desnucada como consecuencia.
Es el caso del chico que fue a parar bajo las ruedas de un camión de carga. El biciclo se desplazaba a gran velocidad y al hacer una maniobra perdió el control y quedó bajo el vehículo. El casco le apretó el cuello y le dejó graves lesiones.

Impacto del alcohol
La insensatez también incluye a las bebidas alcohólicas, ya que en Paraguay el 50% del total de los accidentes a causa de la embriaguez del conductor, son azuzados en dos ruedas.
El alcohol (en nuestro país. cerveza en su mayoría) genera en el conductor efectos como la euforia, haciendo que el mismo infravalore las consecuencias. Igualmente dificulta la concentración visual, que es lo que a menudo sucede.

Antonio Acosta Casco, víctima de este tipo de sucesos viales, se desplazaba a una velocidad no permitida por Madame Linch. Cuando llegó al viaducto lo cruzó sin percatarse de que en la curva estaba estacionado un camión Scania que transportaba una carga de madera. La víctima llevaba puesto el casco, pero según datos policiales estaba bebido.
En otra zona de Asunción dos choferes de biciclo colisionaron frontalmente con un semirremolque. El choque fue en el mismo carril del camión. Y también se presume que ambos estaban ebrios.
La coordinación entre los órganos sensoriales y los motrices, ojos, manos y pies, resulta bastante alterada incluso con cantidades medias de alcohol en sangre. Es por eso que a los conductores tiznados frecuentemente les resulta difusa la visión en los cambios de luz del semáforo, reconocimiento correcto de señales u otros vehículos.
Los fines de semana muchos motoristas van a los balnearios y sobrepasan cantidad de consumo de bebidas alcohólicas, al salir del lugar lo hacen ingiriendo todavía; lo que ocasiona graves contratiempos en las avenidas.
“El 80% de los accidentes y muertes en dos ruedas tiene como punto inicial el consumo en exceso de bebidas alcohólicas”, manifestó el jefe de Relaciones Públicas de la Policía Nacional, Rubén Florentín.

AUTORIDADES Y LEYES DEL TRÁNSITO
Un dato importante recabado tiene que ver con las funciones de la policía municipal. Los mismos aún no tienen claro cual es el papel que deben cumplir en las avenidas. Sin embargo, el jefe de la Dirección de Tránsito, William Cárdenas lo definió de esta forma: “Fiscalizar y orientar el tránsito”.
Pese a ello éstos otra vez están limitados por el tipo de acaecimiento. En caso de que sea leve intervienen los funcionarios de la municipalidad, los que ya tienen una derivación en la que se encuentra sangre, el hecho ya es intervenido por la Policía Nacional.

Es por ello que el ente gubernamental no tiene un registro exacto de los sucesos ocurridos en el año, empero si una aproximación. Por ejemplo, de cada 10 vicisitudes, en nueve aparece la Policía Nacional.
El motociclista debe estar al tanto de las multas establecidas para cada tipo de infracción. Se distinguen tres clasificaciones: leves, graves y gravísimos. Es leve por ejemplo, cuando el vehículo no está registrado en la Municipalidad, será sancionada con un jornal, grave a la inobservancia de la licencia del conductor, buen funcionamiento del motor y sus accesorios que corresponden a dos jornales. Y gravísimo, cuyo valor asciende a seis jornales, cuando no se cumple lo siguiente: “La habilitación de los vehículos será otorgado con posterioridad a su registro por la intendencia municipal”. Todo esto está estipulado en la ordenanza municipal 21/94.

EDUCACIÓN VIAL
La solución del problema del tráfico es muy compleja. No obstante, su disminución es posible si todos los sectores involucrados aceptan cumplir con ciertas obligaciones. Resulta necesario volver a poner en práctica los valores, especialmente el del respeto, puesto que ello es sinónimo de educación. Y en materia de movimiento vehicular el respeto a las leyes ayuda a evitar accidentes y salvar vidas.
La enseñanza de la conducción debe estar a cargo de una escuela habilitada conocedora de las normas vigentes. Las mismas podrán ser de carácter privado, oficiales o establecimientos públicos educativos reglamentadas y controladas por la intendencia municipal.
El reglamento de la Municipalidad de Asunción estipula que los instructores requieren una licencia expedida por la misma. Sin embargo, Luís Fleitas, usuario de biciclos asegura que quien debe enseñar a manejar estos artefactos son simplemente los que diariamente lo usan. Pues según él son ellos los que saben lo que realmente es manejar una motocicleta.
La impericia de los conductores demuestra el estado de la educación vial en nuestro país. Las mismas autoridades encargadas del tránsito afirman que es indispensable la estructuración de un plan nacional de seguridad vial y el fortalecimiento de la coordinación de los diversos actores públicos y privados.
“Una falta de cultura vial, que forme al ciudadano desde la escuela es lo que hace falta para que disminuyan los accidentes”, afirmó Cárdenas.
Por otra parte, la comuna capitalina pidió a las del área metropolitana que tomen también exámenes teóricos y prácticos antes de otorgar las licencias a los conductores de biciclo.
Lo cierto es que, la población motorista debería tomar conciencia y preservar su vida y la de los demás, conduciendo con sensatez juicio y cautela.
La población asunceña se ve afectada por las constantes postrimerías de los conductores, quienes desestiman las penosas secuelas que dejan sus actitudes irresponsables con el manejo de su biciclo. Igualmente los encargados de la seguridad en las rutas son los responsables de brindar una mejor enseñanza vial, que colabore con la preservación de más de trecientas vidas anuales.

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