miércoles, 7 de octubre de 2009


ZEBALLOS CUE
Después de orillar el Jardín Botánico y pasar por entfrente de las instalaciones de ESSAP en Viñas-Cué se llega a un punto en que la carretera bifurca. Ella sigue al Norte en dirección al pueblo de Zeballos Cué y hacia el oeste se abren amplios portones que daban acceso al sector industrial donde estan instaladas las oficinas administrativas, el Corral y la Fábrica de Conservas, Extracto de Carne Sub-productos y el frigorífico de la Liebig’s Extracto f Meat Company Limited (actualmente cerrado)
El pueblo se halla sobre una cadena de lomas a la orilla izquierda del Río Paraguay, en lugares pintorescos que el conjunto de construcciones industriales no ha logrado afear como ocurre en casi todos los centros industriales. Desde los lugares elevados se domina un magnífico panorama, con la ciudad de Asunción, como telón de fondo perdida entre las primeras brumas de la lejanía.
A los pies de Zeballos Cué bajan las caudalosas aguas del Río Paraguay, al otro lado se extiende la pradera inmensa del Chaco.
El paraje debe su nombre a uno de sus antiguos propietarios, el Capitán Jan Valeriano Zeballos respetado pro hombre español de los últimos tiempos de la colonia, que tuvo el honor de integrar el primer gobierno nacional después de la revolución emancipadora del 14 de mayo de 1811.
A su muerte durante la dictadura del doctor Francia, sus bienes, entre ellos las tierras que llevan su nombre, quedaron en poder del Estado.
Allí funcionaron diversos establecimientos oficiales.
Durante el gobierno de Don Carlos Antonio López, en Zeballos Cué, en los edificios que fueron del Captan. Zeballos y que eran de notable amplitud, funcionó la escuela de aritmética, cuyo director fue don Miguel Rojas, y luego la escuela de matemática, que dirigió el profesor Francés Francisco Dupuy.
Ambos establecimientos contaban con alumnos internados que se alojaban en el amplio caserón colonial.
Trasladada la escuela en la ciudad, para fundar con sus alumnos la escuela normal y luego la academia literaria, bajo la dirección del español Idelfonso Bermejo, las construcciones de Zeballos Cué fueron destinadas para asientos de tropas, encargadas del cuidado de las “estancias del estado” de la zona.
Sobrevenida la guerra de la Triple Alianza el lugar fue abandonado y permaneció desocupado hasta que, como resultado de las leyes de ventas de tierras públicas, dictadas en 1883 y 1885, esa fracción de terreno de 173 hectáreas pasó a manos particulares.
Hacia 1889, funcionó en el lugar una fábrica de azúcar de los señores Mestres y Goilia .
Por sucesivas transferencias llego a ser propietario de las tierras don José Fassardi, quien en 1913 la compró de don Francisco Bareiro, y en 1917 las trasfirió a la compañía paraguaya de frigorífico y carne conservada “del grupo Swift”, de la cual las adquirió en 1923 la compañía Liebig’s

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